lunes, 11 de octubre de 2010

CARTA ABIERTA A PROFESORES Y ESTUDIANTES DE ARQUITECTURA

Algo para compartir y meditar, espero que sea de su interes y que no sucumban antes de terminar el texto, es un poco largo pero muy interesante.

DANIEL LIBESKIND

¿Porquè perder tiempo tediosamente aplicando hoja de oro al pináculo de una torre (impresionante) cuyos cimientos estan podridos?. Antes de que esa delicada tarea sea completada, el edificio se vendrá abajo destruyendo tanto el trabajo como al trabajador. Desastres invisibles preceden a aquellos que pueden verse.

Ninguna investigación o discusiones sobre "relevancia", ni información compilada, pueden disfrazar un hecho obvio: la arquitectura,como se enseña y practica hoy día, no es más que una ficcción gramatical. Basta con ver el abismo que separa lo que se enseña (¡y como!) y lo que se construye (¡y porque!) para entender que en algún lugar una mentira esta siendo perpetrada. Sólo un método sofisticado podría enmascarar una situación donde tantos gastan tanto para hacer tan poco, con tan dañinos resultados.

Aqui resonara un eco de protestas. ¿No hemos introducido nuevos métodos de enseñanza y teorias actualizadas? ¿No hemos recuperado precedentes perdidos? ¿No estamos produciendo una nueva gran generación de educadores y de educandos? Una historia exitosa, en pocas palabras. Precisamente. Es éste el "éxito" el que ha transformado un campo que "los ángeles alguna vez temieron pisar" en un supermercado de comodidades o, peor, en un protíbulo de opiniones acerca de ellas.

Los estudiantes son corrompidos tempranamente al hacerles creer que sólo lo que tiene éxito es un paradigma. Son preparados dentro de estructuras simuladas donde el éxito futuro puede ser asegurado. Esto constituye una precondición para la habilidad de la escuela para sustraer sistemáticamente a cada estudiante de su problema. Para cuando se convierten en "profesionales" , el proceso ha concluido con su lavado de cerebro, de manera que ya no son capaces nisiquiera de recordar que hay un problema: el problema de la existencia de la arquitectura en una sociedad corrupta y el de como resistir esta corrupción.

Pero el problema de la aquitectura no sólo se alejará manipulando la historia, recogiendo de otros campos, contemplando técnicas de acción. La arquitectura no puede resolver problemas; ella misma es inherentemente problemática y cuestionable.


Habiendo abandonado el amor a la divina episteme en favor de la opinión, el arquitecto se ha convertido en abastecedor de opiniones, ha perdido participación en sophia. esa dimensión maravillosa de la arquitectura que Alberti llamo angélica. La arquitectura pasa a ser de todos (directores, gerentes, empresarios, restauradores, diseñadores de interiores, planificadores del espacio: una buena profesión) y de nadie. La escuela se convierte en una cobertura pluralística bajo cuya atención hacia la inexistente base de la arquitectura se acomoda a la opinión de cada persona y al cómo consolidarle y, así, se hace difuso su contenido potencialmente explosivo. "Resolución de problemas" es simplemente otro término para transformar el terreno "que no se encuentra en ninguna parte de la arquitectura", en una pieza de "bienes raices" para ser vendida ("Empiece con el sitio . . .").

Ni los maestros ni los estudiantes estan hoy animados a emprender una aventura peligrosa, riesgosa (¿quiza sin esperanza?), que se entiende como una búsqueda del cuál, del dónde, y del porqué de la condición de la arquitectura: una empresa para un milagro o al menos el abismo que lo ilumina. Y si alguien es aún molestado por un problema al que ninguna respuesta curricular puede ser dada, entonces él o ella deberían de abstenerse de conjurar,porque aquello a lo que el pensamiento tecnificado no puede dar respuesta , es irrelevante (un seudo problema). Unos cuantos cursos de hitoria, algunas humanidades y, ¡hocus pocus!, la arquitectura es significativa de nuevo.

Creo que la atmósfera de intranquilidad que se siente hoy en la arquitectura no puede ser eliminada, aunque el clima en el que sea enseñada y practicada pueda ser regulado por sofisticados sistemas de control.

La esencia experimental de la arquitectura se ha hundido bajo el horizonte de visibilidad de manera que, aunque aparezca, es irreconocible. El proceso de desculturización llamado educación y práctica, ha eclipsado a la arquitectura tanto y tan ampliamente, por la fricciones del "sentido común" el el "mundo real", que uno vacila, duda incluso, de hablar de la diferencia hacia ello. Siendo simplemente silenciosa lña institución educativa, ha eliminado el cuestionamiento ; la "práctica" ha desarrollado un punto ciego para aquello que amenace su triunfo.

Pero la descentralización y el ir hacia tierras inexistentes, es convertido artificialmente en realidad. Ciertamente es esta falta de fundamento lo que mueve al participante de la arquitectura hacia el vacío. Este vacío se ha convertido en el móvil: el buscador, en el movido. La reflexión acerca de este proceso de participación constituye la verdadera literalidad de un arquitecto.

La educación como el arte de voltear a la realidad (el arte verdaderamente revolucionario) se ha convertido en técnica de ajustar estudiantes completamente a los tiempos en que no sienten más el deseo de saber nada más. La escuela se ha convertido en un mecanismo que previene a los estudiantes de arquitectura de adquirir el conocimiento que los llevaría a articular la pregunta fundamental de la arquitectura: ser o no. Aprisionados en un estado de desesperanza silenciosa o de alineación agresiva, los estudiantes abandonan el misterio de la arquitectura. pero este tipo de actitud y razón, no es razonable. Hay otras maneras de pensar y hacer arquitectura: razón no instrumental, arquitectura no manipulada. La arquitectura (ese divino lujo de fe, de la más alta cristalización de libertad material de la humanidad, su imaginación y espíritu), no debe nunca sucumbir para ser el producto degradado de la necesidad proveída por los técnicos de utopías educativas y monetarias. Esto es por lo que comencé "Architecture Intermundium".
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Bibliografía:

Qué es belleza en arquitectura.
Arq. J.M. Dávila, M. en Arq. Rebeca Trejo X.
México, 2002

Radix-Matrix
Daniel Libeskind
New York, 1997.

Imágenes:

Daniel Libeskind
Centro de Artes de Dublin. Daniel Libeskind
Museo de Arte de Denver. Daniel Libeskind
CCTV. Rem Koolhaas
Templo del año 2000. Peter Eisenman

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